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Tía María: ¿Es la falta de diálogo la causa del conflicto?

Publicado: 2015-05-25

Diversos analistas sostienen que el problema en Islay se debe a que no hubo un diálogo adecuado y que, por tanto, la solución sería que la mina "explique adecuadamente el proyecto". Pero, ¿realmente este el problema de fondo? ¿qué cosa exigen los manifestantes?

El núcleo principal de los manifestantes son campesinos del valle del Tambo. Estos campesinos están insertos dentro del mercado. Sus productos abastecen a diversas zonas del sur del país, Lima e incluso al extranjero; por tanto, sus tierras son medios productivos eficientes ya que les brindan un ingreso constante de dinero. Para estos agricultores las ofertas asistenciales y monetarias que la mina pueda ofrecer no son un estímulo para su desarrollo, porque sin estas, ya poseen una relativa estabilidad a largo plazo. 

Esto no ocurre con muchos agricultores de las zonas altoandinas que tienen, básicamente, una producción de subsistencia, con casi ningún (o muy poco) ingreso monetario. Sin mayores opciones, estos agricultores aceptan los ofrecimientos de la mina porque son superiores a los ingresos regulares que percibe por su trabajo parcelario (regado vía secano, con una cosecha al año, sin carreteras, sin mercado, etc.) . Con el dinero ofrecido por sus tierras compran casas en las ciudades o muchos se convierten en comerciantes o en trabajadores indirectos de la mina. 

Pero el campesino del Tambo, al igual que el campesino de TAMBOGRANDE en Piura, tiene una opción laboral, tiene unos ingresos basados en la producción y se aferra a él porque le es más estable. E aquí la raíz del conflicto: una contradicción en las formas de obtener riqueza. Los campesinos del Tambo quieren seguir siendo productores, la mina y el Estado quieren que se conviertan en "trabajadores indirectos". Así, en este conflicto hay dos visiones económicas enfrentadas, antagónicas: una productiva y otra extractiva. Por ello, el diálogo, señalado como la raíz del problema, queda resumido a una simple acción ya que no es el desconocimiento lo que motiva la lucha, sino la defensa de una actividad que debería ser el pilar la economía nacional, por la cantidad de tierras, por la cantidad de PEA concentrada y por ser más sostenible en el tiempo: la agricultura.   

Si los ministros y demás autoridades estatales dicen que la violencia genera atraso, replicaríamos diciendo que su visión económica es la causante de la violencia y la generadora del atraso social desde el siglo XX, siglo en el que el Perú se ubicó, gracias a sus clases "dirigentes", como la despensa de los industriales.

 





Escrito por

Carlos Sandoval

Sociólogo.


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